Tito Correa
Por Germán Alberto Bahamón
La moda y la desocupación hacen del mundo aún más difícil de
entender. Hace poco un artículo en la revista SEMANA desencadenó la envidia de
muchos Colombianos por los logros del vecino país del Ecuador en términos de
infraestructura. La desinformación o la información fragmentada hacen que estos
temas se pongan de moda, y se termine en reuniones sociales por adular a un
dictadorzuelo.
La dictadura nació en la antigua Roma, era el gobierno
extraordinario que le confería a una persona, el dictador, una autoridad
suprema en los momentos difíciles, especialmente en los casos de guerra; la
dictadura nació, al parecer a propuesta de Tito Larcio, quien fue además el
primero en ejercer el cargo. El dictador era nombrado por uno de los cónsules en
virtud de una orden del Senado que tenía la potestad de determinar cuando era
necesario el nombramiento y quién debía ocupar el cargo.
Yo tuve la suerte de vivir en ése gran país y no recuerdo ni
guerra, ni cónsules, ni nada de esto en el Ecuador del 2007 cuando este señor
llegó a la presidencia. Pero, es verdad, una vez más el pueblo cansado de la
corrupción de los partidos tradicionales, ungió al “elegido”, quien hoy se
siente Dios.
Colombia se dispone a
invertir la suma de 40 billones de pesos en infraestructura, una cuantia sin
precedentes en la historia y que pretende desatrasar el cuaderno que recibimos
de Andrés Uriel. Pero Ecuador ha invertido en los últimos tres años, 6 veces
más y es evidente además de innegable el avance en vías que los ecuatorianos
tienen hoy por hoy.
La gran pregunta es filosófica, el fin justica los
medios? Desde mi óptica lo que existe en
Ecuador no es ni más ni menos que una dictadura, que coarta las libertades de
expresión, que restringe el desarrollo empresarial, que incita al comercio del
mercado gris buscando maquillar la balanza comercial. Todo esto es parte del
nuevo mecanismo de dictadura del siglo XXI, que al parecer tiene a
latinoamerica como su mejor exponente. Son dictadores plebiscitarios, pues se
hacen elegir, cambian la constitución, usan la corrupción y se atornillan al
poder. Unos donan casas, mejoran salud con cubanos, cambian articulitos, crean
milicias organizadas por el mismo gobierno ó tapan la realidad con cemento.
Pero todos tiene en común lo que el Diario El Universo de Guayaquil, perseguido
por Rafael Correa y multado con 40 millones de dólares perfectamente describió
en su editorial: “Existen diversas maneras de contrastar si existe democracia
en un país. La más infalible es verificar si allí el gobernante se sujeta a las
críticas públicas -aunque vehementes o injustas- sin que el autor sea castigado
por expresarlas.”
La única manera de protegerse de estos tiranos, es
manteniendo el libre ejercicio de la libertad de expresión. Las sociedades
civiles poco complejas, débiles y desinformadas, son el caldo de cultivo. Es
bueno saber que en Colombia solo 12 senadores serán de este tipo de corrientes
que siguen al semidios. Sin embargo en medio de la tolerancia de una democracia,
no discriminamos, les daremos la bienvenida y les permitiremos predicar desde
el pulpito.