viernes, 24 de marzo de 2017

METRÓPOLI YA! - 270317

METRÓPOLI YA!
Por: Germán Alberto Bahamón J

Según el Fondo Mundial de Poblaciones de Naciones Unidas, actualmente la población mundial asciende a 7.239 millones de personas y se prevé que supere los 9.680 para el año 2050. De este total, la población urbana mundial pasó de 2.300 millones de personas en 1994, a 3.900 millones en el 2014. Y para el 2050, ascenderá a 6.300 millones. La mitad de todos los países del mundo han alcanzado una zona urbana de más del 60 %. Colombia tiene una población urbana cercana al 80 % –principalmente en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla–, que aumentará por la brecha social y económica entre el campo y la ciudad.

Los datos mencionados contrastan con la idea con la cual crecimos los colombianos de que habitamos en un país de regiones. A todas luces esta caracterización hoy resulta inexacta. De hecho, espacialmente hablando, somos un país de grandes ciudades, y con regiones compuestas por redes de ciudades (viejo caldas por ejemplo).

El fenómeno metropolitano se ha generalizado en todo el mundo. Las regiones urbanas son, sin duda, las grandes protagonistas de la economía global, constituyen el hábitat de la globalización. De acuerdo con la experiencia europea y norteamericana, la “metropolización” como fenómeno territorial y humano supera la ciudad misma.

De ahí el concepto de región metropolitana. Esa novedosa realidad genera nuevos retos y exige respuestas pertinentes y oportunas. Una región metropolitana es el producto del crecimiento económico y físico de la ciudad, que debe dar lugar a novedosos desarrollos institucionales. El fenómeno de la aglomeración urbana o metropolización llegó para quedarse.

La reciente Ley 1625 de 2013 establece que un área metropolitana es una entidad administrativa de derecho público formada por un conjunto de dos o más municipios integrados alrededor de un municipio núcleo (metrópoli), los cuales están vinculados entre sí por “dinámicas e interrelaciones territoriales, ambientales, económicas, sociales, demográficas, culturales y tecnológicas”, por lo que se requiere de una administración coordinada para la programación de su desarrollo sustentable, desarrollo humano, ordenamiento territorial y para la racional prestación de servicios públicos.

En este contexto, es imperativo diseñar un área metropolitana como instrumento innovador de primer orden, para agrupar municipios que comparten hechos de carácter físico, económico y territorial. Neiva es el núcleo casi que equidistante con Rivera, Palermo y Campoalegre,  lo cual invita a adoptar un plan integral de desarrollo metropolitano, que permita no solo prestar servicios públicos sino hacerlo de una manera más eficiente, ejecutar obras de infraestructura vial, adoptar el plan de ordenamiento físico territorial, conformar bancos inmobiliarios para la gestión del suelo y ser la autoridad de transporte para los municipios que lo integran. De igual manera, se requiere proyectar y gestionar el desarrollo eficiente del sector turístico entre las dos cordilleras, salvaguardando la calidad del agua y protegiendo sectores de reserva forestal como unas zonas de manejo especial.

Por ejemplo, se pide a gritos un complejo regional de residuos sólidos, un sistema de transporte público que desestimule el uso del vehículo particular, muchas ciclorutas y el diseño y ejecución de un plan vial moderno. Además, al romper con los límites físicos históricos, impuestos por el Rio Magdalena, ya no seguiríamos pensando en una isla apéndice de una ciudad, sino que se convertiría en el conector perfecto, de un desarrollo conurbano que podría darse por fin, en las dos márgenes del mas importante rio de Colombia. Como siempre debió ser!

No debemos hablar del término mezquino ciudad-región, esa ciudad que se expande, e invade progresivamente su periferia y se apropia de los recursos que ella alberga para financiar su expansión. Por el contrario, debemos desarrollar el concepto de Región Metropolitana en donde ese centro dinámico se expande pero para integrar a sus pares, quienes a la vez buscarán articularse a tal dinámica de desarrollo territorial. Es el tiempo de una Metrópoli, pero ya!


sábado, 11 de marzo de 2017

DEL CARBÓN A LA NARANJA - 120317

Del Carbón a la Naranja
Por: German Alberto Bahamon J.

En la historia reciente de la humanidad se conocen tres grandes revoluciones que han traído riqueza a los pueblos y desarrollo a sus comunidades. La revolución industrial, la cual tiene dos hitos; el primero condujo a una evolución de la economía agrícola tradicional a otra caracterizada por procesos de producción mecanizados, tuvo origen en Gran Bretaña y se dio a finales del siglo XVIII, el segundo que se da a finales del siglo XIX y comienzos de siglo XX, cuando la revolución industrial da el paso de carbón a hidrocarburos, a lo cual se suma el desarrollo de la industria química, eléctrica y del acero. Hasta este punto, quienes desarrollaban riqueza eran los productores de bienes. Luego viene la revolución comercial, la riqueza en la segunda mitad del siglo XX la acumulan no quienes producen sino quienes comercializan. Y pasamos del mundo de Colgate, Unilever y Procter al nuevo mundo de los Walmart, Target y Home Depot. La fábrica deja de ser lo importante, se puede tercerizar y el punto de venta es lo realmente relevante en la cadena de valor. Una vez pasa la segunda guerra mundial, nace una carrera armamentista entre Rusia y los EUA, que conllevó al desarrollo de la tecnología de semiconductores y circuitos integrados, que a finales de los años 50 permitió el surgimiento de cámaras digitales, satélites, computadores, internet y la telefonía móvil, a lo cual llamamos la revolución tecnológica.

La nueva revolución se basa en la transformación de una idea en beneficios, unos la llaman la economía creativa y otros la han mercadeado como economía NARANJA, que comprende los sectores en los que el valor de sus bienes y servicios se fundamenta en la propiedad intelectual: arquitectura, artes visuales y escénicas, artesanías, cine, diseño, editorial, investigación y desarrollo, moda, música, publicidad, software, contenidos y videojuegos. Según la UNESCO, la cultura y los bienes o servicios directamente relacionados con la creatividad representan un 3% del PIB mundial, y dan empleo a 29,5 millones de personas en el mundo. Los ingresos de las industrias culturales y creativas en el mundo representan US$2,25 billones, más que toda la industria automovilística de Europa, Japón y Estados Unidos. 

Para aterrizar al lector, menciono unos casos mundiales: El Cirque du Soleil emplea a más de 5.000 personas y reporta ventas que superan los 800 millones de dólares anuales. Netflix tiene 33 millones de suscriptores y comercializa 3.600 millones de dólares por año. El Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá reúne anualmente más de 3,9 millones de personas. El Carnaval de Río de Janeiro recibió 850.000 visitantes en 2012 quienes consumieron 828 millones de dólares. El carnaval de Barranquilla tiene un impacto económico cercano a los 19,5 millones de dólares (supera los 60.000 millones de pesos) y genera 12.000 empleos temporales.

Neiva debería seguir el ejemplo de Bilbao, una ciudad que tiene un tamaño poblacional muy similar. Luego de la era industrial esta ciudad entró en un ciclo de estancamiento económico brutal. Solo hasta finales de los 90s hicieron un desarrollo arquitectónico cultural, que requirió una inversión descomunal a los ojos de todos los españoles. Invirtieron alrededor de 100 millones de euros en un museo, pero no para darle gusto a los artistas locos, sino para revolucionar su economía. El museo Guggenheim Bilbao recibió 1,17 millones de visitantes en 2016, logrando por octava vez superar en su historia la barrera del millón de visitantes y un incremento del 6% con respecto a 2015. El total de la demanda generada como consecuencia de su actividad cultural y artística fue de 485,3 millones de euros. 


Un super complejo cultural, que le permita a Neiva ser destino y no solo receptor del turismo, que se convierta en el abrebocas para el turista internacional acerca de la expresión cultural, de la biodiversidad ecológica, la riqueza arqueológica y la expresión máxima del arte de nuestra gente huilense. Un desarrollo arquitectónico que tenga su museo, un gran teatro y un centro de estudios musicales, literarios y de arte digital, a orillas del rio magdalena a la altura de trapichito. Para los incrédulos, les regalo la cita de Honoré de Balzac, «No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su momento», pero claro, para que las ideas tomen forma y puedan desembocar en un resultado tangible, es necesario tener visión y arriesgarse. Neiva y el Huila deben asumir retos inéditos al dar vida a nuevas ideas de desarrollo económico, conectándose con oportunidades que nunca antes se habían presentado. ¡Pasemos del carbón a la naranja!