jueves, 31 de octubre de 2013

LA RUTA - 011113


La Ruta del Buen Gobierno

Por Germán Alberto Bahamón J

La pasada reunión de Uribe Centro Democrático dejo muy claro el fin de la misma: Desarticular el Bloque de Pachito Santos. Las encuestas de opinión presentaban al UCD una herramienta más que suficiente para evitar ese circo con aforo de más de mil personas, en busca de maquillar una decisión ya tomada, patear a Pachito. Paradójicamente su candidatura estaba despertando una aceptación peligrosa para cualquier contendor de su partido y de los demás sectores políticos, pues ese mismo viernes el resultado del sondeo nacional daba por primera vez ganador a Pachito Santos en el hipotético caso de presentarse a elecciones enfrentando a Juan Manuel Santos. Con este resultado, cualquier partido habría tomado la decisión de proclamar ese candidato como líder de sus huestes. Sin embargo, estaba en el ambiente que el único propósito de ése conclave era tumbar a Pachito y el resultado les dio la razón, lo sacaron a sombrerazos. El discurso de Pachito fue violento, le recordó al auditorio que no había nadie más leal al maestro que él, lanzó arengas en favor de la guerra y la necesidad de volver a los ríos de sangre, y finalizo persignándose con una U en su frente. No fue suficiente, cayó en desgracia y vive hoy un destierro. Lejos de los linderos de ese partido, pude ver que tampoco valió el talante de estadista de Carlos Holmes Trujillo quien acompaño su rica hoja de vida con una oratoria impecable.  Al final hubo humo negro y como estaba escrito en las tablas del mesías fue elegido el discípulo de Fabio Valencia Cossio, nefasto apóstol de la misma causa. El Dr Oscar Ivan es un buen muchacho, pero está como Davivienda. Tendrá ahora que salir a representar las dos exigencias ideológicas de Uribe: Romper los diálogos de la Habana y desconocer el fallo de la Haya.

Lo que sí es muy cierto es que de carambolas el país se salvo de un espectáculo que no habría sido bien visto desde afuera. Un desabrochado personajillo desarrollando una campaña virulenta en contra del establecimiento liderado por su primo hermano, habría sido propio de una republica bananera en donde una familia se pelea el poder. Bochornoso por decir lo menos.

Ya con Oscar Ivan, ungido con los oleos del Uribismo tenemos dos patas de las tres que tendrán los comicios de mayo próximo. En la izquierda se calienta el debate. El progresista Antonio Navarro no tiene fácil el caminado, literalmente, pues Clara López es unánimemente apoyada por el Polo. Necesitan llegar a un acuerdo “programático” para elegir un solo candidato de la izquierda. Pero, tienen miedo de que en una consulta interna, quien se cole sea el de centro: Enrique Peñalosa. Veamos a ver qué jugada se ingenian para cerrarle el paso a Peñalosa esta vez. Una mala jugada, eso sí, los puede llevar desunidos y seguirían siendo una tercería.


El gobierno actual, en este escenario tiene más tranquilidad en su propósito de reelegir sus políticas. Los números siguen acompañando al gobierno así muchos se quieran hacer los de las gafas de cuero, y seguro que el segundo semestre será aun mejor que el primero en materia macroeconómica. La paz es algo más tangible, menos lejano, lo cual mantiene una prudente esperanza en el elector, muchos como yo que habiendo pasado el punto medio, no hemos vivido un día de paz en la vida. La reforma a la salud se discute y seguro llegará a un buen término. La vivienda y el alcantarillado siguen a toda marcha. Y la infraestructura vial, tendrá, luego de un gobierno de 8 años que no hizo la tarea, una inyección de más de 10 billones que pretende adelantar el cuaderno y preparar el país para incrustarse en el comercio mundial con competitividad. Es imperativo mantener la ruta del Buen Gobierno por los próximos 4 años.

jueves, 3 de octubre de 2013

LIDER POLITICO - 041013

Por Germán Alberto

LIDER POLITICO

Este es un tema un poco sensitivo de tocar, pero siempre es importante que los ciudadanos del común, revisemos las definiciones y comparemos estas con la realidad. Trataré abordarlo con total respeto.

En el argot político tradicional, para referirse a los servidores públicos se usa la palabra jefe político, cacique y también líder. Todas y cada una con significados diferentes. Voy a obviar la referencia a un cacique, pues en el siglo XXI hablar de caciques, a mi personalmente me parece un sin sentido.

Jefe (o jefecito) es cualquiera en cierta medida, bueno o malo, pero el simple hecho de ser jefe no asegura que sea alguien que pueda aportar a nuestra vida. Un buen jefe debería ser aquel que responde por personas a su cargo, sin importar su nivel jerárquico, y le implica asumir un rol complejo que requiere conocimientos, competencias, empatía y compromiso. Es decir, es una persona que debe fijar los objetivos de su área, de su comunidad y de sus subalternos, definir estrategias, establecer qué tareas realizará su equipo, evaluar su desempeño, tener la capacidad de ser firme a la vez que ponerse en sus zapatos. La gran pregunta es si los a “jefes políticos” que abundan en épocas pre-electorales les aplica esta definición. Hay en la política nacional también estos jefes que por su ego especial se convierten en “patrones” con tintes de mayordomo, a quienes el rebaño tiene que seguir sin mediar palabra, y los loros repiten el discurso sin cesar y claro, sin pensar.

Un líder es mucho más que un jefe, es una persona que tiene la capacidad de tomar decisiones acertadas para su equipo o comunidad, inspirando al resto a alcanzar una meta común; es una persona capaz también de tomar la iniciativa, gestionar, convocar, promover, incentivar, motivar y diseñar el mejor equipo de trabajo para lograr los objetivos de un país, una ciudad, un área o una compañía. Muchos de las personas que trabajan con él, son mejores que él en temas específicos, y se sienten bien entregándole resultados pues comparten su causa.

Además, no hay que haber ganado unas elecciones, o haber sido gerente general de una compañia para poder ser catalogado como líder. En la política ha habido personajes como Rafael Uribe Uribe (nombre completo para no dar pie a comparaciones), Herrera, Gaitan y Luis Carlos Galán que sin haber ocupado los más altos cargos, serán recordados como grandes líderes pues dejaron una honda huella en la sociedad. En retrospectiva, el liderazgo depende de la situación en la cual se desempeñe el sujeto líder. De tal forma que, se pueda ser líder con total influencia. Éste estímulo es lo que lleva al líder a ser calificado de acuerdo a sus cualidades, aptitudes y actitudes. La palabra líder está en función de la determinación y la acción, aún más: de la pasión.


De esta manera, concluyo invitando a elegir en las próximas contiendas electorales al servidor público que pueda liderar un cambio en el congreso de la república, que nos de certeza de ser el líder de la empresa pública, y tome las acciones necesarias para generar un movimiento que permita vivir en un país y una región más incluyente. El propósito único, sea el servicio desinteresado del bien común y no la “empresa política” particular o familiar. Ese sí que será un verdadero líder político.