Por: Germán Alberto Bahamón J
Los
aeropuertos son infraestructuras de primer nivel que generan un elevado valor
añadido para el territorio y que tienen un impacto económico y empresarial
directo a través de sus actividades intrínsecas, así como un impacto indirecto
generado por las actividades logísticas en su zona de influencia. La existencia
de un aeropuerto en una región posibilita la realización de actividades no
relacionadas directamente con el mismo. El transporte de largo y medio alcance
de personas y mercancías es un prerrequisito para muchos sectores económicos, y
es por esto que un aeropuerto será siempre considerado como un catalizador de
la economía regional.
Hace 15 días
hablamos de la importancia del turismo, y los aeropuertos son una pieza fundamental
para esta industria sin chimeneas. A ese rol de catalizador de la economía, se
le debe sumar el rol de generación de actividad económica como centro de
comercio y empleo de un terminal aéreo. Según las estadísticas, la industria
aeroportuaria ha aumentado su dependencia de los ingresos comerciales, y estos
a su vez han experimentado un importante crecimiento en las últimas dos
décadas. Por ejemplo, los ingresos comerciales de los aeropuertos de Latinoamérica
ya corresponden al 35,4% del total de los ingresos de las terminales aéreas, en
Europa el 41%, en Estados Unidos el 43,5%, y en la región Asia Pacifico ya
pasan el 50%. En mi experiencia una demora en el itinerario de salida de un
vuelo, en un buen aeropuerto siempre fue una buena oportunidad para un buen
vino, una buena comida o un buen regalo. En Neiva es un gran martirio.
La
potenciación de Neiva como ciudad-receptora del turismo regional, y también
como ciudad-agroindustrial, requiere un aeropuerto con infraestructura adecuada
para lograr conexiones internacionales suficientes, y no se trata de soñar,
Neiva-Quito debería ser una apuesta cercana. El peso económico y de población
del sur del país no se corresponde con el bajo nivel de conexiones de sus
aeropuertos. Haciendo un análisis sincero y responsable, podemos decir que la
situación del aeropuerto de Neiva se explica por diversos factores. El primero
es el déficit de inversión (pañitos de agua tibia), junto con una falta de
ambición histórica y de visión de nuestros líderes regionales, descoordinación gremial
y falta de empuje de la sociedad civil. Y ahí caemos todos.
Cuando se
piensa en grande, con visión de desarrollo transformador y no con ganas de
administrar pobreza se pueden lograr cambios fundamentales en una ciudad. Para
que las comparaciones sean válidas, les comparto lo hecho por una pequeña
ciudad Argentina llamada Puerto Iguazú (aprox. 50mil habitantes). Por su nombre
ya deben saber la atracción turística que tiene. Su aeropuerto tiene una pista
con un 80% más longitud que la de Neiva. El Aeropuerto Internacional Cataratas
del Iguazú generó un impacto económico positivo de más de 100 millones de
dólares anuales y la creación de 4.270 empleos relacionados con esta actividad,
de acuerdo con un informe del Organismo Regulador del Sistema Nacional de
Aeropuertos (Orsna). Mueve más de 800mil pasajeros, y Neiva en contraposición
decrece y mueve tan solo 300mil.
Todo lo
anterior para ponderar la inversión que se anuncia por parte de la Aerocivil en
el Benito Salas de Neiva, por la irrisoria suma de $9,800 millones. Entre otras
para mejorar el aire acondicionado, y esperamos que los baños. No olviden que hace
7 años se inició inversión ahí mismo por $15,800 millones de pesos y dos años
más tarde con presencia del presidente se inauguraron sus obras vaticinando un
“crecimiento importante en el tráfico aéreo” que en ese entonces era de 300mil
pasajeros. Es decir, 5 años de crecimiento CERO. Lo que seguro podemos
vaticinar es que el contrato de obras que se anuncia tendrá de nuevo una
adición presupuestal y el resultado será el mismo.
Es decir,
en lugar de sacar el aeropuerto de Neiva de ese lugar incrustado en la mitad de
miles de ciudadanos a quienes mortifica diariamente, habilitando en este
espacio una ciudad universitaria, con parques públicos de calidad, y POR FIN
iniciar la construcción de un terminal aéreo regional a las afueras de la
ciudad, uno que de verdad nos permita dar ese salto al progreso. Le estamos
dando un gran regalo a Pitalito, quien debe aprovechar su posición geográfica y
la falta de visión de los capitalinos para catapultarse como la ciudad
epicentro del desarrollo turístico e industrial del Huila. DE: Neiva, PARA: Pitalito!