METRÓPOLI YA!
Por: Germán Alberto Bahamón J
Según el Fondo Mundial de Poblaciones de Naciones Unidas,
actualmente la población mundial asciende a 7.239 millones de personas y se
prevé que supere los 9.680 para el año 2050. De este total, la población urbana
mundial pasó de 2.300 millones de personas en 1994, a 3.900 millones en el
2014. Y para el 2050, ascenderá a 6.300 millones. La mitad de todos los países
del mundo han alcanzado una zona urbana de más del 60 %. Colombia tiene una
población urbana cercana al 80 % –principalmente en Bogotá, Medellín, Cali y
Barranquilla–, que aumentará por la brecha social y económica entre el campo y
la ciudad.
Los datos mencionados contrastan con la idea con la cual
crecimos los colombianos de que habitamos en un país de regiones. A todas luces
esta caracterización hoy resulta inexacta. De hecho, espacialmente hablando,
somos un país de grandes ciudades, y con regiones compuestas por redes de
ciudades (viejo caldas por ejemplo).
El fenómeno metropolitano se ha generalizado en todo el
mundo. Las regiones urbanas son, sin duda, las grandes protagonistas de la
economía global, constituyen el hábitat de la globalización. De acuerdo con la
experiencia europea y norteamericana, la “metropolización” como fenómeno
territorial y humano supera la ciudad misma.
De ahí el concepto de región metropolitana. Esa novedosa
realidad genera nuevos retos y exige respuestas pertinentes y oportunas. Una
región metropolitana es el producto del crecimiento económico y físico de la
ciudad, que debe dar lugar a novedosos desarrollos institucionales. El fenómeno
de la aglomeración urbana o metropolización llegó para quedarse.
La reciente Ley 1625 de 2013 establece que un área
metropolitana es una entidad administrativa de derecho público formada por un
conjunto de dos o más municipios integrados alrededor de un municipio núcleo
(metrópoli), los cuales están vinculados entre sí por “dinámicas e interrelaciones
territoriales, ambientales, económicas, sociales, demográficas, culturales y
tecnológicas”, por lo que se requiere de una administración coordinada para la
programación de su desarrollo sustentable, desarrollo humano, ordenamiento
territorial y para la racional prestación de servicios públicos.
En este contexto, es imperativo diseñar un área
metropolitana como instrumento innovador de primer orden, para agrupar municipios
que comparten hechos de carácter físico, económico y territorial. Neiva es el núcleo
casi que equidistante con Rivera, Palermo y Campoalegre, lo cual invita a adoptar un plan integral de
desarrollo metropolitano, que permita no solo prestar servicios públicos sino
hacerlo de una manera más eficiente, ejecutar obras de infraestructura vial,
adoptar el plan de ordenamiento físico territorial, conformar bancos
inmobiliarios para la gestión del suelo y ser la autoridad de transporte para los
municipios que lo integran. De igual manera, se requiere proyectar y gestionar
el desarrollo eficiente del sector turístico entre las dos cordilleras,
salvaguardando la calidad del agua y protegiendo sectores de reserva forestal
como unas zonas de manejo especial.
Por ejemplo, se pide a gritos un complejo regional de residuos
sólidos, un sistema de transporte público que desestimule el uso del vehículo
particular, muchas ciclorutas y el diseño y ejecución de un plan vial moderno.
Además, al romper con los límites físicos históricos, impuestos por el Rio
Magdalena, ya no seguiríamos pensando en una isla apéndice de una ciudad, sino
que se convertiría en el conector perfecto, de un desarrollo conurbano que
podría darse por fin, en las dos márgenes del mas importante rio de Colombia.
Como siempre debió ser!
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