EL CAMBIO ESTÁ EN LA EJECUCIÓN
Por German Alberto Bahamon Jaramillo
Las ciudades que hoy se muestran como
modelos latinoamericanos de cambio han podido dar el salto de la infecunda
formulación de ideas, a la planeación por objetivos y la ejecución en tiempo.
En la cultura japonesa se castiga la “parálisis por análisis”, una cómoda
manera de evitar el momento de la acción, que identifican como un rasgo
generalizado en los charlatanes de occidente. Hablamos mucho y ejecutamos poco,
según la percepción de los ojirasgados del primer mundo. Una característica de
esa cultura milenaria del imperio japonés es la correcta ejecución de las
tareas encomendadas, de manera sistemática y sin descanso. Si algo está bien,
no se detienen a pensar como cambiarlo, sino como hacerlo mejor cada vez.
Inicio con esta reflexión del modelo
gerencial de oriente, para hacer un símil con la administración pública a nivel
regional. Algunos casos de éxito que he tenido la fortuna de conocer, han
tenido características que describí atrás. Guayaquil ciudad en la que viví por
dos años, es un fenómeno del desarrollo urbano. Pasó de ser una ciudad maloliente
y desordenada, asentada a orillas del Rio Guayas al cual le daba su espalda
permitiendo que sus riveras fueran expendio de drogas, basurero municipal y
dormitorio de indigentes, a ser una ciudad ejemplo de renovación urbana y
cultura ciudadana. Construyó en su rio un Malecón de 2,3 kmts que invita a la
inclusión social con zonas de esparcimiento, comercio, cine, arte, turismo e
historia. Esta inversión en cemento se acompañó de políticas públicas que
llamaban a la transformación urbana de las zonas aledañas, desplazando los
burdeles y los talleres metalmecánicos, para darle paso a edificios de
oficinas, hoteles y comercio. El malecón solo fue el inicio de enormes cambios:
megacolegios, mejores andenes para la gente en un centro ampliado, mejoramiento
de la infraestructura vial con túneles e intercambiadores viales que minimizan
tiempos favoreciendo el transporte público. Y no se quedaron allí, en 2006
presencié la inauguración de su moderno aeropuerto y hoy ya tienen planes de
sacarlo de la ciudad para tener uno aún mejor que les dé mayor acceso
internacional.
Ciudad de Panamá, en donde tuve la suerte
de vivir, es otro ejemplo. Su desarrollo en los últimos 10 años es brutal por
decir lo menos. Tuvieron la osadía de “comerse” espacio del mar, para
desarrollar una autopista costera a 8 carriles que desembotelló el tráfico
vehicular. Esta cinta costera no solo es amigable con los carros, contiene en toda
su longitud ciclorutas, canchas múltiples, parques para niños, espacios de cultura
y comercio que han cambiado el polo de esta ciudad portuaria. En 2010 salimos
de esta ciudad y estaban diseñando un metro subterráneo. Hoy ese metro ya es un
hecho y Bogotá lleva 50 años rediseñando el suyo.
Vengo de conocer el modelo de Montería que
merecerá más de un artículo. Conociendo la experiencia de la capital de Córdoba,
reafirmo mi tesis de gestión y ejecución como premisas fundamentales para
lograr el cambio. El rio como eje central de desarrollo y la gente como único
objetivo. Su Alcalde que viene del sector privado, lidera el cambio iniciado en
administración pasada, imprimiendo ahora indicadores de gestión para medir sus
objetivos. No en vano ha sido reconocido como el mejor alcalde de Colombia y
nominado como uno de los mejores del mundo. Su gestión ante organismos
nacionales y multilaterales, ha hecho que los sueños de ciudad se vean
reflejados en bienestar social y desarrollo urbano. Neiva merece la oportunidad
de lograr este cambio. Nuestro equipo trabaja de manera responsable y
profesional, construyendo en conjunto con la ciudadanía ese anhelado objetivo.
No solo propuestas, ofrecemos ejecución.
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